1.- COMO JUGAR A LA PETANCA
Aparentemente es muy simple. Se trata de
tirar una bola lo más cerca posible de un objetivo que suele
llamarse boliche o bolín. Los adversarios pueden ser dos (uno
contra otro) o por equipos de dos contra dos (dupletas) o tres contra
tres (tripletas). Las partidas suelen jugarse a 13 puntos en terreno
libre o bien dentro de una pista delimitada (la oficial tiene una
medida de 15x4 metros).
El punto pertenece a la bola más
próxima al boliche. El adversario debe continuar jugando sus
bolas hasta que recupere el punto, es decir, coloque su bola
más cerca del boliche.
Cada bola de un mismo equipo, si ninguna
bola del equipo contrario está más cerca del objetivo,
cuenta como un punto, y estos puntos se cuentan al final de cada
tirada, es decir, cuando se han jugado o tirado todas las
bolas.

Las bolas han de ser metálicas, con
un diámetro comprendido entre los 7?05 y los 8
centímetros y un peso de 650 gramos como mínimo y 800
como máximo.
El boliche debe ser de madera y su
diámetro ha de estar comprendido entre 25 y 35
milímetros.
Hay dos maneras de tirar las bolas y son muy
diferentes entre ellas, hasta el punto de convertirse, entre
determinados campeones, en verdaderas especialidades:




APUNTAR - Es tirar la bola con cuidado,
tratando de acercarse lo máximo posible al boliche.
TIRAR - Es lanzar la bola con cierta fuerza
para apartar una bola contraria , golpeándola.
Este es un breve resumen para familiarizarse
con el principio de la petanca y con algunos de sus términos
más corrientes.
El juego no parece muy difícil, pero
no hay que confiarse de esta apariencia pues hay sutilidades en la
manera de tirar las bolas, en la elección de lo que se tiene
que hacer en el momento adecuado y en la determinación de una
táctica y de una estrategia.
La Petanca es más compleja de lo que
parece y para disfrutar de ella plenamente hay que penetrar en sus
secretos.








2.- VENTAJAS Y CARACTERÍSTICAS DE LA
PETANCA
La Petanca tiene la ventaja de no ser cara y
de poder practicarse en todas partes y por cualquier
persona.
Prácticamente, todos los terrenos le
van bien, con la condición de que lo que se desarrolla sobre
el suelo no lo oculten ningún tipo de
obstáculo.
Hombres o mujeres, ancianos o niños,
fuertes o débiles, todo el mundo puede tirar bolas y nadie
está excluido. La Petanca no conoce ni sexo, ni edad, ni
procedencia ni condición social y ofrece el abanico completo
de las capacidades.
Se puede practicar como jugador ocasional o
como campeón experimentado, como distracción o en
competición, de manera tranquila o francamente
atlética.
Los millones de aficionados de todo el mundo
que se enfrentan en familia, gozan de una distracción simple y
poco onerosa.
Pero, las decenas de miles de adeptos
regulares que se apasionan lo suficiente para adquirir una licencia,
saben que la petanca es un deporte que exige aptitudes mentales y
físicas que salen de los límites del banal
pasatiempo.
La Petanca para practicarse a un cierto
nivel, necesita cualidades de concentración, habilidad, de
paciencia o de estrategia junto con el entreno y la resistencia
propiamente musculares. El gasto de energía que se necesita
para dar lo mejor de si mismo a lo largo de interminables partidas
consecutivas o para agacharse y levantarse centenares de veces
durante cinco o seis horas seguidas es comparable a los esfuerzos de
los estadios o de las pistas de carreras.
La diversión inofensiva y soleada se
ha transformado en deporte moderno, con sus oportunidades y sus
dificultades, sus ídolos, sus fans y su bullicio.
Este movimiento natural que se explica por
las propiedades del juego (estar al alcance de todo el mundo) se ha
hecho muy popular y se practica actualmente en todas partes del mundo
(en los 5 continentes) porque la petanca es espectacular y una vez
asimiladas algunas reglas simples, se siguen apasionadamente
enfrentamientos de calidad.
Los equipos deben mostrar habilidad,
inteligencia, psicología y resistencia.
La habilidad se combina con la estrategia y
la tensión se mantiene con la abundancia de
peripecias.
Ninguna posición es la misma y
ninguna parte se parece a la precedente, en cada momento se tiene que
resolver un problema nuevo, que exige a la vez una vista al acecho
sin descanso y marcas sin desmayo.
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